En qué consiste el crecimiento escalado
Muchas empresas nos preguntan sobre el crecimiento a la hora de realizarnos consultas sobre sus planes de calidad. Nuestra respuesta suele ser recibida con cierto asombro: el crecimiento por sí mismo no siempre es bueno o positivo para una organización.
Si entendemos crecimiento como una estrategia en la que podré ampliar mis instalaciones, volumen de ventas, personal o cartera de productos; podemos encontrarnos con un arma de doble filo.
Si lo piensas, un crecimiento de un 20% puede conllevar, en algunas ocasiones, unos costes más elevados derivados de mayores costes, mayor desinformación, generación de trabajos innecesarios, materias primas, etc.
En este sencillo ejemplo observaríamos que estamos creciendo, sí, pero con consecuencias nefastas para nuestro negocio.
Por lo tanto, el crecimiento debe ser sostenible, lógico y surgir como fruto de una estrategia muy bien planificada: siguiendo los estándares y recomendaciones que marca nuestro sistema de gestión de calidad.
En definitiva, adoptar una estrategia de crecimiento deberá ser una decisión muy importante, la cual no se debe tomar a la ligera. Deberá tomarse en cuenta siguiendo diversos criterios y solo si determinados elementos basados en la calidad y sostenibilidad del negocio así lo aconsejan.
En nuestra empresa, Quattro.com, llevamos años asesorando a las empresas en lo que se refiere a planes de gestión de calidad y estrategias empresariales.
Además, fruto de nuestro trabajo y el conocimiento de las diversas casuísticas, hemos desarrollado el software Q-bo.org. Un programa que permite realizar la implantación del sistema de calidad en condiciones óptimas, ahorrando en tiempo y dinero.
Según las teorías de Verne Harnish —creador del concepto de scaling up— existen varios factores que deben tenerse en cuenta a la hora de plantearnos una estrategia de crecimiento sostenible.
- Capacidad económica: La empresa que opte por la estrategia de crecimiento deberá tener asegurada una capacidad financiera y económica adecuada. Además, deberá controlar su Ciclo de conversión de cash flow, esto es, la capacidad que tiene la empresa para convertir en liquidez y beneficio neto los incrementos de inversión motivados por el crecimiento.
- Talento y liderazgo: Las empresas deberán contar con una plantilla bien formada, capacitada para emprender nuevos proyectos y adaptarse a la nueva situación de crecimiento (ampliación del negocio a través de nuevos recursos, productos, distribución, etc). Además, se requiere de una importante capacidad de liderazgo que permita que todos los estamentos de la empresa trabajen en la misma dirección, conociendo a la perfección el objetivo que se quiere conseguir.
- Valor añadido: El crecimiento solo deberá ser una estrategia a tener en cuenta si asegura mantener o hacer crecer el valor añadido que se ofrece al mercado. Si el crecimiento va a provocar un empobrecimiento del plan de calidad, retrasos, costes extra… No deberá tenerse en consideración.
En conclusión deberemos tener en cuenta que el crecimiento solo deberá darse si se garantizan nuestros estándares de calidad. Si la eficacia y fiabilidad de nuestro plan de calidad se encuentra plenamente asegurado.
El scaling up es, en definitiva, una actitud basada en el pensamiento estratégico y en la calidad. Así pues, contar con un sistema de gestión de calidad basado en normas ISO y gestionado a través de un software como Q.bo-org resulta la única manera de afrontar esta decisión tan importante en la vida de una organización.
Puedes obtener más información sobre Q-bo.org a través de nuestro correo electrónico info@q-bo.org o llamando al teléfono 968 23 20 36.