Indicadores de gestión en un sistema de calidad
A la hora de implantar un sistema de gestión de calidad en nuestra empresa debemos tener claro que todo se puede y se debe cuantificar. De nada sirve tratar de implementar un sistema de gestión si no podemos evaluar en una medida cuantificable nuestros objetivos y nuestros procesos. Para ello usamos los indicadores de gestión o KPI’s.
Para medir y cuantificar nuestra estrategia debemos saber cuantificar nuestras acciones y resultados, para posteriormente poder tomar decisiones según las posibles desviaciones que obtengamos.
KPI es el acrónimo de Key Performance Indicator, es decir, indicadores de gestión o desempeño. Básicamente los KPI miden el nivel de desempeño de nuestras acciones frente a los objetivos establecidos previamente en nuestra estrategia.
Los KPI o indicadores de gestión, pueden variar dependiendo de nuestro sector o ámbito de actividad, por lo que habrá algunos de estos indicadores que no tendrán sentido tenerlos en cuenta en nuestra organización.
El éxito de nuestra selección de los KPI’s no depende tanto del número de indicadores empleados sino de la idoneidad de estos respecto a nuestra actividad. Teniendo en cuenta siempre la premisa fundamental de que deben ser una herramienta eficaz para asegurar el éxito del mencionado Sistema de Gestión de Calidad.
Por supuesto, la elección de nuestros indicadores no debe ser algo fijo o estático, sino que podrá ir evolucionando conforme cambia nuestra actividad o cambia el propio entorno competitivo en el que nos encontramos.
Características de un KPI
Nuestros indicadores deben reunir una serie de características comunes que debemos tener siempre presentes.
- Medibles: Nuestros indicadores deben ser medibles y cuantificables en unidades: kilos, segundos, euros, etc
- Adaptados en el tiempo: Nuestros indicadores deben poder ajustarse a otras unidades de tiempo como segundos, horas, días o incluso meses y años; para que de este modo se puedan diseñar estrategias temporales y plazos de ejecución o control.
- Específicos: Los KPI’s deben ajustarse a una realidad o ámbito concreto, cuanto más específicos sean, mejor podremos medir las variables que queremos controlar.
- Relevantes: Como decíamos, los indicadores elegidos deben de ser relevantes para lo que queremos, de nada sirve tener muchos indicadores si realmente no nos son útiles, dependiendo del sector y de nuestra actividad, podría bastar con un pequeño grupo de indicadores.
El sentido común y el conocimiento de nuestra propia actividad son fundamentales a la hora de elegir nuestra combinación de KPI’s. En definitiva, un KPI’s será válido en la medida en que nos ayude a tomar las decisiones en nuestro día a día.
Por este motivo, sería imposible establecer una lista de indicadores básicos o recomendados porque la selección puede variar mucho en función de nuestra actividad y necesidades de información.
En un sistema de gestión de calidad basado en normas ISO, como la norma ISO 9001:2015 algunos de los indicadores recomendados podrían ser:
- Índice de Satisfacción del cliente
- Tiempo de entrega de nuestro producto
- Número de reclamaciones de clientes
- Costes de no calidad
- Numero o porcentaje de no conformidades
- Porcentaje de aceptación de pedidos
- Repetición de pedidos por parte de un mismo cliente
- Facturación mensual
- Incidencias con proveedores
- Pedida por parada de máquina
- Acciones de mejora eficaces al año
- Índice de satisfacción de clientes internos
- Índice de absentismo laboral